Sunday, May 01, 2005

Para Entender Tecnología

Entender tecnología no es fácil. Esto, sin embargo, no nace sólo de la complejidad de sus aspectos técnicos, sino de limitaciones al considerar otras dimensiones llamadas blandas. Son éstas las que, dependiendo del contexto y la coyuntura, a veces resultan ser tanto o más importantes que la tecnología misma.

Así se puede explicar problemas, y a veces fracasos, de ideas que parecieran buenas. Ejemplos simples conocidos han sido algunos de los intentos de instalar cobradores automáticos en locomoción colectiva, y los problemas con los “tag”.

Entender tecnología se hace más fácil cuando se considera tres dimensiones: su proceso de arquitectura, sus dimensiones sociales, y sus aspectos dinámicos. De esta manera, diseñar estrategias corporativas y políticas públicas sin considerar los aspectos técnicos de una tecnología es tan peligroso como adoptar e implementar sistemas sin un adecuado análisis de las dinámicas derivadas de sus dimensiones económicas y sociales.

La arquitectura de un sistema tecnológico es el resultado del concepto que le da forma a sus funciones principales, del diseño de sus procesos internos y la estructura que los sustenta. Esto es el resultado de una adecuación de la innovación tecnológica original a los requerimientos de regulación y del mercado, ambiente competitivo, marketing y estrategia corporativa, y las necesidades que cubre. Desde esta perspectiva, no existen las tecnologías neutras, sino distintas maneras de conciliar modelos tecnológicos con modelos de negocios y, en algunos casos, incluso posiciones políticas.

La importancia de la tecnología como componente de sistemas socio-técnicos se entiende por la relación que posee con su medio. Thomas Hughes fue pionero en mostrar cómo una tecnología puede ser adoptada y generar resultados drásticamente distintos aún en contextos competitivos, económicos, sociales y políticos que parecieran ser similares. Esto explica numerosos fracasos de políticas de adopción regulación de tecnologías. De este modo, en algunos casos los costos de adaptación organizacional, por ejemplo, multiplican en varias veces la inversión en la tecnología misma.
No existe la neutralidad tecnológica.

Los puntos anteriores hacen que las dinámicas tecnológicas sean de gran importancia. Primero, porque si bien la arquitectura de sistemas exitosos necesita estar en constante cambio, el legado de decisiones pasadas limita el potencial de cambio futuro. La innovación en arquitectura tecnológica está a medio camino entre las innovación incremental y radical, y es fuente interesante de posibilidades para países como Chile. Segundo, porque la constante interacción y ajuste entre cada tecnología y su medio genera cambios que, cuando se implementan, por lo general llegan con retraso y generan efectos inesperados.

Pocos países consideran estos aspectos al diseñar política tecnológica o regulaciones. Más vale tener esto en cuenta si queremos tener éxito y en la creación de un Chile Tecnológico.

Lecturas Recomendadas
DeSanctis, G. and Poole, M.S. (1994) “Capturing the Complexity in Advanced Technology Use: Adaptive Structuration Theory,” Organization Science, Vol. 5, No. 2, pp: 121-147

Hughes, Th. (1983) “Networks of Power: Electrification in Western Society, 1880-1930”. The John Hopkins University Press
Rechtin, E. and Maier, M.W. (2000) “The art of Systems Architecting”, CRC Press, Boca Raton, FL.

Ulrich, K. and Eppinger, S. (2004) “Product Design and Development”, 3rd Edition, Irwin-McGrawHill

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